📲 Tus hijos tienen miopía, insomnio, ojos rojos... ¿te suena?

La regla 20-20-20 puede ser el primer paso para frenar el desgaste.

¡Hola! 👋

Abril es el mes del libro, y esta edición viene cargada de ideas, datos y una propuesta clara: si queremos hijos despiertos, no podemos dejar que lo único que lean sean subtítulos de vídeos.

Aquí van los temas que no te puedes perder esta semana:

📱 Regla 20-20-20: una pausa que protege
¿Miopía, insomnio y ojos secos a los 10 años? La ciencia propone un gesto simple que puede cambiarlo todo.

📚 Lectura en peligro: “no puedo, es muy largo”
No es que no les guste leer, es que ya no pueden concentrarse. ¿Qué está pasando y qué puedes hacer tú?

❌ El mito que frena a miles de familias
“Si no les gusta leer, no hay nada que hacer.” Vamos a desmontar esto… y a darte una alternativa real.

🎲 Un juego sin pantallas para este finde
Una historia, un final y mucha imaginación. Te traigo un plan casero para que leer vuelva a ser una aventura.

¡Comenzamos!

🗞 ACTUALIDAD

👁️ 20 segundos que pueden salvar la vista (y algo más)

Hay una regla sencilla que puede marcar la diferencia entre unos ojos sanos y unos niños arrastrando gafas antes de los 12. Se llama regla 20-20-20.

Y no es magia. Es ciencia.

Cada 20 minutos frente a una pantalla, hay que mirar durante 20 segundos a algo que esté a unos 6 metros de distancia. Así de simple. Pero casi nadie lo hace. Porque se nos olvida. Porque estamos todos atrapados en lo de siempre: una pantalla que no se apaga nunca.

Lo han dicho esta semana desde la Sociedad Aragonesa de Oftalmología. Los casos de miopía se están disparando en niños y adolescentes. Y no solo eso: ojos secos, dolores de cabeza, cansancio visual, insomnio. El cuerpo nos está avisando, pero no lo estamos escuchando.

Lo peor no es que no lo hagan los chavales. Lo peor es que nosotros tampoco lo hacemos. Y ellos aprenden de lo que ven.

Así que el cambio empieza con una alarma. Literalmente. Pon una cada 20 minutos si hace falta. Levanta la vista. Y enséñales a hacerlo.

Porque a veces, cuidar de ellos no es prohibir. Es enseñar a usar. Y esto, aunque parezca una tontería, es una de las mejores formas de empezar.

☕️ BREVES

Abandona el scroll infinito de las redes sociales y ponte al día mientras tomas el café👇

📚 Cartagena celebra 20 años del Proyecto Mandarache. Más de 5.000 jóvenes eligen cada año sus libros favoritos en un programa que ha revolucionado la lectura juvenil desde institutos y bibliotecas. Fuente

📚 Bibliotecas de la Vall d'Albaida premiadas por fomentar la lectura. Seis bibliotecas de la comarca reciben 2.777 euros cada una por sus proyectos de animación lectora, destacando iniciativas como “Comboi bibliotecari per a tot un poble”. Fuente

📵 Familias de Castilla-La Mancha piden regular el uso de tablets en las aulas. Una campaña con más de 1.400 firmas solicita limitar el tiempo de pantalla y priorizar materiales impresos en centros educativos. ​Fuente

📱 Elda organiza charla sobre el impacto del mal uso del móvil. El experto en adicciones José Gil ofrece pautas para padres preocupados por el uso excesivo del teléfono entre jóvenes. ​Fuente

🎮 Dénia relanza 'Dissabtes Joves' con ocio alternativo para adolescentes. El programa ofrece talleres, juegos y actividades sin pantallas para jóvenes de 13 a 17 años. ​Fuente

🤝 Escolares navarros se comprometen a un uso respetuoso de redes sociales. En un pleno infantil, 68 estudiantes acuerdan no usar lenguaje ofensivo en línea y promover una semana sin pantallas. ​Fuente

😔 Niños se sienten cada vez más solos en sus propias familias. La Fundación ANAR alerta sobre el aislamiento emocional de menores debido al mal uso de la tecnología y la falta de comunicación en el hogar. ​Fuente

📺 Reflexión tras la pantalla

“No puedo, es muy largo”: la frase que debería encender todas las alarmas

Antes los chavales decían “no me gusta leer”. Ahora dicen “no puedo, es muy largo”. Y aunque parezca una tontería, esto es mucho peor.

Porque lo primero era cuestión de gustos, de encontrar el libro adecuado, de picarles la curiosidad. Pero lo segundo es otra historia. Es no poder. Es rendirse antes de empezar. Es tener la cabeza tan atrapada en lo inmediato, en lo rápido, en lo que brilla dos segundos y desaparece… que cualquier cosa que pida atención se les hace un Everest.

Y claro, los libros no son Reels. No te lo ponen fácil al primer clic. Pero cuando enganchan… te agarran para siempre.

Beatriz Giménez de Ory, escritora y profe, lo cuenta claro: este cambio viene del uso abusivo de las redes. De pasarse el día tragando contenido sin pausa. De no tener espacio para el silencio, para la imaginación, para aburrirse incluso.

¿Solución? No hay botón mágico. Pero sí algo que funciona: vincular lectura con afecto. Leer con ellos. Hacerlo en voz alta, aunque tengan 12 años. Inventar voces, dramatizar escenas, convertirlo en juego. Hacer que sientan que leer es un rato contigo. No una condena.

Y si son más mayores, lo mismo. Que lean en grupo, que elijan historias que les toquen, que se sientan protagonistas. Que no vean los libros como otra obligación, sino como lo que son: una forma de entender el mundo, sin que se lo dé masticado un algoritmo.

Y sí, a veces da pereza. Pero si queremos hijos que piensen, que no se traguen cualquier basura en redes, que sepan parar… esto empieza con un libro y una voz que les lea. La tuya.

👺 EL MITO DE LA SEMANA

“Si no les gusta leer, no hay nada que hacer”

Este es el clásico. Te lo sueltan como si fuera una sentencia: “es que a mi hijo no le gusta leer, qué le vamos a hacer”. Y ahí se acaba todo. Ni se intenta otra vez. Como si leer fuera un don con el que se nace o no, como tener pecas o no tenerlas.

Pero no. No funciona así.

Ningún niño nace sabiendo que le gusta leer. Lo aprenden. Lo aprenden cuando alguien les lee con cariño. Cuando un adulto se sienta a su lado, les pone voces a los personajes, se ríe, les escucha. Cuando ven que un libro no es una obligación, sino una aventura.

Los estudios lo tienen claro: la clave está en cómo se introduce la lectura desde pequeños. El entorno. El ejemplo. El vínculo emocional. Beatriz Giménez de Ory lo dice sin rodeos: "Si en casa el niño lee acurrucadito con un adulto querido, hay mucho trecho recorrido."

Así que no, no tires la toalla. No les dejes frente a la tablet porque “los libros no les van”. Insiste. Prueba otro género. Léeles tú. Déjales verte leer. Porque no es que no les guste leer. Es que aún no han tenido una experiencia que les enamore.

👉 Reto de la semana: rescata un libro que te encantaba de niño. Léelo con tu hijo. Verás.

Cuando entro en un cole, no voy a dar la chapa. Voy a remover algo.

Mis charlas no son una conferencia. No voy con PowerPoints aburridos ni con el discurso de “los libros son importantes, niños”. No. Cuando entro en un cole, voy a prender una chispa.

Hablo con los chavales de tú a tú. Les cuento por qué escribo, cómo nacen los personajes de Iberian, qué hacer cuando una historia se atasca, y sobre todo, por qué la imaginación es una herramienta para sobrevivir, para entender el mundo y para divertirse más que con cualquier app.

Y funciona. Porque no se lo esperan. Porque no les hablo como si fueran tontos. Porque ven que un libro no tiene por qué ser un castigo. Que puede ser una puerta. Y cuando un niño siente eso, aunque sea una vez, ya no es el mismo lector de antes.

📍 He estado en decenas de centros, con cientos de alumnos. Y en todos, pasa lo mismo: al final, se quedan con ganas de más. Algunos se lanzan a escribir. Otros se leen la saga del tirón. Todos salen con una idea: “yo también puedo crear cosas”.

👉 ¿Quieres que vaya a tu cole? Escríbeme y lo organizamos:

✅ HAZLO ESTE FINDE

Lectura al revés: el juego de adivinar la historia

¿Quieres que tus hijos lean con curiosidad, se enganchen a una historia desde el minuto uno y encima desarrollen pensamiento crítico? Pues esto les va a flipar:

📖 Elige un cuento (o un capítulo corto de un libro que no hayan leído).

🔄 Leed solo el final. Ese párrafo final que lo resuelve todo, que deja la sensación de “¡guau!”.

🧠 Ahora el juego empieza: cada uno tiene que imaginar cómo cree que empezó la historia, quiénes son los personajes, qué les pasó antes de ese final. Que se lo inventen sin filtro, como si estuvieran escribiendo su propia versión.

✍️ Si quieren, pueden escribirla o dibujarla. Si no, vale con contarlo en voz alta, como en una sobremesa de historias locas.

📚 Después, leed la historia entera desde el principio y comparad lo que imaginaron con lo que realmente pasó. Spoiler: se van a sorprender. Y se van a reír.

Este juego entrena algo que a las pantallas se les da fatal: la paciencia, la deducción, la atención al detalle y la creatividad.

¿Te animas a probarlo este finde?

💬 LA CITA DE LA SEMANA

"Es esencial vincular la lectura con el afecto. Si, en casa, el niño lee acurrucadito con un adulto querido, o le cuentan un cuento antes de dormir, hay mucho trecho recorrido." Beatriz Giménez de Ory, escritora y profesora

Y ya sabes que la saga Iberian te espera